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Emilio Herrera Linares

Emilio Herrera Linares
ingeniero militar, aviador y científico original

  • ISBN: 9788490915196
  • Editorial: Ministerio de Defensa
  • Lugar de la edición: Madrid. España
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 28 cm
  • Nº Pág.: 570
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
25,00 € 23,75 €
Sin Stock. Disponible en 7/10 días.

Resumen

Su formación como ingeniero y militar coincidieron con el nacimiento y desarrollo de la aerostación y aviación militar española. Sus acciones militares reconocidas con importantes distinciones y reconocimientos nacionales e internacionales: Caballero Gentilhombre de cámara de S. M. Alfonso XIII, Caballero de la Legión de Honor de Francia, Comendador de la Orden del Cristo de Portugal, Cruz al Mérito Militar de Primera Clase, Caballero de la Orden de María Cristina, de la de Isabel la Católica, Laureado de la Academia de Ciencias de Francia, Experto en Aeronáutica en la Conferencia de Desarme de la Sociedad de Naciones.
Sus logros profesionales fueron parejos a una intensa y fructífera dedicación al estudio científico y técnico del complejo mundo aeronáutico, experimentando todo tipo de soluciones y mejoras en el Laboratorio Aerodinámico de Cuatro Vientos con el más eficiente túnel aerodinámico de Europa y américa. Concibió, fundó, dirigió y fue profesor de aerodinámica de la Escuela Superior de Aerotecnia, hoy Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos, título que le fue concedido merecidamente. Concibió proyectos sorprendentes como la unión aérea entre España y América del Sur mediante dirigibles (1918), desarrollado finalmente por la Luftschiffbau Zeppelin alemana, participando activamente en la ejecución del mismo o su ascensión a la estratosfera para lo que diseñó su traje estratosférico, primer paso en la creación de los actuales trajes astronáuticos. Pionero en multitud de aspectos relacionados con la aeronáutica, contribuyó también con autoridad al nacimiento y desarrollo de las primeras asociaciones internacionales aeronáuticas, como CINA y CIANA, participando activamente en el establecimiento de rutas aéreas y en la formación de los pilotos. Sus muy notables aportaciones científicas le valieron la elección como miembro de número de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1933), condición que consideró siempre su mayor distinción, ya en 1914 fue elegido vicepresidente de la Sociedad Matemática española, circunstancia que le permitió participar en la reuniones con Einstein en su visita a España y establecer una cierta amistad.
La naturaleza de sus actividades, títulos y honores nos sitúan ante una personalidad rigurosa, original y de gran valía intelectual, militar y ética.
Su fidelidad al gobierno legítimo de la República, le arrastró al exilio, en el que siguió con su actividad científica como ingeniero adjunto a la dirección en la Office National des Recherches Aéronautíques (ONERA, 1946), en la UNESCO como consultor en temas relacionados con la energía nuclear, colaborador en las más prestigiosas revistas aeronáuticas y científicas de Francia, Suiza y Venezuela; en su actividad intelectual destacó la Fundación del Ateneo Iberoamericano de Portugal, su estrecha relación con el exilio portugués.
Desde 1939 y hasta su muerte, viviría en París, siendo designado primero Ministro de Asuntos Militares y más tarde Presidente del Gobierno en el exilio, lo que resultó paradójico para quien fue un liberal, conservador y de profundas convicciones religiosas. Todo sin abandonar sus investigaciones aeronáuticas y sus hipótesis en el ámbito astronáutico que resultaron realmente visionarias.
Muerto en Ginebra, sus restos reposan desde 1993 en su Granada natal.

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