Diciembre de 1062. Ramiro I, rey de Aragón, anuncia la construcción de una catedral en Jaca que reforzará a la ciudad como capital del reino y centro de prosperidad. Durante años, las obras de la catedral marcarán la vida de un territorio que busca su expansión bajo el influjo de la Iglesia, el poder de los reyes y la ambición de los nobles. Un joven monje, Nicolás de Ordovés, sale del monasterio de San Juan de la Peña con destino a esa Jaca en ebullición. Con él viaja un secreto, la misteriosa muerte de un emisario del rey a los pies del monasterio, y una amenaza, que le va a acechar a lo largo de los años en su nuevo destino. Nicolás se convertirá en amigo inseparable de García Ramírez, hijo del rey Ramiro, hermano del sucesor en la corona, Sancho Ramírez, y futuro obispo de Jaca. Ambos serán testigos y a veces protagonistas de los cambios que se van a producir en Aragón y de las intrigas políticas y religiosas de la época. La catedral parece ocultar algunos de los misterios de ese joven reino.