El retrato de Dorian Gray; El retrato del señor W.H.
- ISBN: 9788424928551
- Editorial: Editorial Gredos
- Fecha de la edición: 2006
- Lugar de la edición: Madrid. España
- Colección: Biblioteca Universal
- Encuadernación: Cartoné
- Medidas: 22 cm
- Nº Pág.: 405
- Idiomas: Español
Estas dos obras de Wilde, escritas con escasa diferencia cronológica, tienen bastante más en común que su título. En ambas se retrata al propio Wilde y a buena parte de su mundo íntimo, poderosamente vinculado con la pasión estética. Si se exceptúa la explícita confesión que es el "De profundis" y algunos versos juveniles publicados en revista, en que habla de muchachos esbeltos y dorados, sus dos libros más vindicativamente homoeróticos -no sin la sutil distancia que la época exigía poner- son estos dos "retratos" (tres, pues incluyen al autor mismo). Ambos centran su argumento y su sueño en un muchacho hermoso, que para el esteta puro nunca sale del privilegiado territorio del arte. De las dos, la menos conocida es "El retrato del señor W. H.", desconocimiento que sin duda se explica por lo escandalosa que podía resultar para la época su tesis final -que William Shakespeare había escrito sus famosos "Sonetos" a un joven actor, Willie Hughes, que interpretaba papeles femeninos-. Ya dijo Frank Harris, amigo y biógrafo de Oscar, que al leer "El retrato del señor W. H.", sus enemigos "hallaban por vez primera las pruebas que buscaban" contra él. Sin embargo, la tesis que expone es menos importante que su ingeniosa insinuación de que la crítica literaria constituye una forma de ficción. A Wilde siempre le interesó el ambiguo terreno de la falsificación y en este relato consigue crear un juego de indeterminación y ambigüedad, además de demostrar un espléndido conocimiento de los "Sonetos" shakespearianos. "El retrato de Dorian Gray", la única novela que escribió Wilde, fue, probablemente (acaso también en razón de su pronta popularidad) una de las obras más discutidas y escandalosas del ya discutido y escandaloso Oscar. En ella Wilde alcanza el punto culminante de sus teorías, decidiéndose ya por una total estética decadente. Se alude al triunfo del arte como artificio, frente a la naturaleza. La búsqueda de nuevas sensaciones se mira como exquisito plac
Introducción de Luis Antonio de Villena.
Traducción y notas de María Cóndor Orduña.