Entre sus inicios como corredor de Fórmula 1 para Ferrari y su más reciente papel como figura de la lucha mundial contra la vivisección, Hans Ruesch firmó en 1950 "El País de las Sombras Largas" (Ediciones del Viento), un emotivo retrato de la existencia del pueblo inuit antes de (y durante) la llegada del hombre blanco. Las regiones centrales del Ártico, un yermo de hielo perenne donde la temperatura puede alcanzar los sesenta grados bajo cero, no representan el mejor de los escenarios para el desarrollo de la vida humana. Los inuit, no obstante, han logrado sobrevivir a tales condiciones merced a una filosofía tan sencilla como repleta de matices sorprendentes. El País de las Sombras Largas, retrato novelado que de ese pueblo realizó en 1950 el suizo Hans Ruesch, quizás peque de cierta condescendencia, pero a su vez transmite con emocionante fidelidad el día a día de una etnia crudamente pragmática, ingenua y despiadada, despreocupada y orgullosa a tal punto que el vocablo que la designa significa lisa y llanamente "hombre". Como si todos los habitantes al sur de sus blancos dominios no fueran en realidad merecedores de tal catalogación. El libro, por cierto, fue llevado al cine en 1959 por Nicholas Ray bajo el título hispano de Los dientes del diablo, celebrada adaptación que tuvo en Anthony Quinn y Peter OToole a sus intérpretes principales.