El advenimiento del nuevo milenio trajo consigo una suerte de cambios, producto de las exigencias y demandas sociales que vertiginosamente se presentaban. Las instituciones, por tal motivo, han tenido que aprender a adaptarse a dicha desestructura si pretenden subsistir y competir en un mercado laboral de mayor calidad. Las instituciones educativas, como verdaderas «organizaciones naturales» que son, no pueden permanecer fuera de tales exigencias, por lo que deben esforzarse por convertirse en «organizaciones que aprenden» de su propia experiencia y aplicar, así, mecanismos de deconstrucción para volver a erigir un modo particular de actuar y trabajar en las escuelas, sin distorsionar por ello sus verdaderas esencias y finalidades educativas. La realidad laboral nos hace enfrentarnos con la imagen de docentes que deambulan por escuelas en busca de una estabilidad económica que permita una subsistencia digna de sus vidas. Frente a ello advertimos la necesidad de un liderazgo educativo que estimule el sentido de identificación institucional en sus docentes. Analizaremos el liderazgo organizacional, como contenido de la gestión educativa, desde una perspectiva personalista, encontrando en los docentes el capital más preciado con que pueda contar la organización escolar. Ellos no son un mero recurso humano, sino que como dice la autora Cantón Mayo, «son el capital, el valor fundamental sobre el cual se basa toda tarea en las escuelas». Por ello el líder educativo debe aprender a incentivar en los actores escolares el sentido de pertenencia, mediante la ayuda para cambiar la cultura institucional, propiciar el trabajo en equipos, animarse a delegar, comunicar e involucrar a todos en un proceso evaluativo continuo a fin de ordenarse a la mejor calidad educativa que les sea posible. Este libro persigue como finalidad reflexionar e irradiar luces sobre tales temáticas, siguiendo el pensamiento de la Catedrática Isabel Cantón Mayo, quien cuenta con una amplia producción lite