Julio Pelayo Cortázar, autor del libro De Roncesvalles a Santiago, paso a paso, hizo aquí una descripción detallada de sus emociones e impresiones en la ruta jacobea; en el presente libro, titulado El hijo del republicano, cambia de registro para presentarnos una obra que es fiduciaria de unos acontecimientos que durante tres décadas asolaron el mundo como jamás en la historia de la humanidad. Al tiempo, muestra una infancia en la que la imaginación ocupa un lugar distinto a la realidad de los adultos, que va siempre andando a todos los sitios en vez de ir corriendo. Una adolescencia en la que todo se le presenta ambiguo y confuso como el amor, el sexo e incluso la vida misma. Hasta llegar a una juventud en la que descubre la amistad pura y verdadera, la responsabilidad, el miedo, la inseguridad y una irreprimible curiosidad por lo desconocido. Todo lo anterior lo vive en el seno de una familia con un padre republicano que se siente inquieto y preocupado por el devenir de la Segunda República española, instaurada en 1931, cuyos avatares le empujan a emigrar al Sur con toda su familia en busca de una vida sin sobresaltos, marginando sus ideales por aquello de Primum vivere, deinde filosofare.