Esta obra precisa la noción de patrimonio autónomo que constituye elemento esencial del contrato de fiducia. A tal efecto se delimita dicha noción frente a otros conceptos y en particular frente a la de persona jurídica. Por otra parte se destaca que, si bien en principio el concepto de patrimonio autónomo corresponde al contrato de fiducia, el ordenamiento ha autorizado en casos excepcionales a otras entidades para que administren patrimonios autónomos. Por excepción, el legislador además reconoce casos en los que el patrimonio autónomo es administrado por encargos fiduciarios. La obra analiza si para el perfeccionamiento del contrato de fiducia se requiere la transferencia de los bienes objeto de la fiducia y, así mismo, si el patrimonio autónomo puede surgir aún sin que se hayan transferido bienes.Por otra parte, se precisan los efectos del patrimonio autónomo y se destacan las consecuencias de afectación del mismo a una finalidad.También se ocupa la obra de examinar cómo debe actuar la fiduciaria para vincular al patrimonio autónomo y las consecuencias de sus actos cuando extralimita sus funciones. Así mismo realiza un análisis de los casos en los que la fiduciaria compromete su responsabilidad personal frente a terceros a pesar de actuar para un patrimonio autónomo. Se analiza el régimen de insolvencia frente al patrimonio autónomo. De igual manera, se examinan las limitaciones a la autonomía de los patrimonios autónomos constituidos con fines de garantía. Finalmente se estudia la extinción y liquidación del patrimonio autónomo partiendo de las causas de extinción del contrato de fiducia.