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El artificio de Juanelo Turriano para elevar agua al Alcázar de Toledo (s. XVI)

El artificio de Juanelo Turriano para elevar agua al Alcázar de Toledo (s. XVI)
modelo con escaleras de Valturio

  • ISBN: 9788497432832
  • Editorial: Fundación Juanelo Turriano
  • Lugar de la edición: Lleida. España
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 24 cm
  • Nº Pág.: 241
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
20,00 € 19,00 €
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Resumen

JUANELO TURRIANO vio la luz por primera vez en Cremonte (Italia), hacia 1501, que sobre esto no se ponen de acuerdo sus diverso e ilustrados biógrafos. En 1529, y esto sí que está profusamente documentado, llegó a españa y sabemos que llegó a Toledo en 1934, como relojero, hábil e insustituible del emperador Carlos V, , quien desde siempre se sintió gratamente sorprendido por la perspicacia y la genialidad mecánica de nuestro JUANELO, y no dudó en encargarle la construcción de notables ejemplares, como aquel inefable reloj astronómico, prodigio tecnológico de su época , que señalaba las posiciones de los astros. Toledo, que a la sazón exhibía con orgullo y esplendor su condición de Corte del Imperio, acogió con hospitalidad acostumbrada a JUANELO TURRIANo, que como afirma Carlos Pascual en su "Guía secreta de Toledo", pasó a ser "uno de los personajes más populares en los anales toledanos". En 1534 el prestigio del que, como tecnólogo y arquitecto sin par, gozaba JUANELO, obligó al marqués de Vasto, famoso prócer de la cuidad, a encargar al indiscutible maestro la invención y construcción de un sistema práctico y eficaz capaz de subir el agua del río Tajo hasta la ciudad. JUANELO realizó los primeros proyectos. No obstante la fabricación del artificio sufrió injustas vicisitudes, discontinuidades y paralizaciones, conociendo incluso algún que otro cambio de autoría. Finalmente con el Prudente, o sea Felipe II, JUANELO recobró definitivamente la dirección de las obras, formalizando el pertinente compromiso escrito con el Excelentísimo Ayuntamiento toledano en 1565, por el que se obligaba, según nos cuenta Luis MOreno NIeto en su "Diccionario enciclopédico de Toledo y su provincia", " a poner junto al Alcázar cierta cantidad permanente de agua para le vecindario", cantidad que desde el año de gracia de 1568 fue diariamente de "mil seiscientos cántaros de a cuatro azumbre de agua". El artificio funcionó hasta 1639. El famoso invento concedió vasta popularidad entre su

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