El desembarco de Dieppe es uno de los episodios más controvertidos y olvidados de la Segunda Guerra Mundial. En 1942, dos años antes del famoso Día D, las tropas aliadas, fundamentalmente canadienses, fueron masacradas en sus playas. En 5 horas, de los casi 6.100 hombres desembarcados, más de 3.500 yacían muertos, habían resultado heridos o apresados. ¿Qué ocurrió? ¿ Dónde estuvo el error? El 19 de agosto de 1942, después de casi tres años de permanecer esperando en Inglaterra la oportunidad de participar en la guerra, las tropas canadienses fueron enviadas a la costa francesa, a Dieppe. Los alemanes les estaban esperando y el ataque resultó una masacre. Setenta años más tarde, el desembarco de Dieppe sigue siendo una de las operaciones más controvertidas de la Historia. Proporcionó una preciosa información sobre la forma de ejecutar operaciones puramente anfibias, pero en el aspecto militar, la primera lección, aprendida a un altísimo precio, fue que no se pueden violar impunemente los principios más elementales de la guerra. Todo el mundo era consciente de ello antes de que la operación se pusiese en marcha, pero acabó imponiéndose con el consentimiento general. Los canadienses querían combatir; los marinos buscaban formarse; Churchill, en ese periodo tan nefasto para Gran Bretaña, y presionado por el clamor que le exigía abrir un segundo frente, quería hacer algo a toda costa. Éste es el relato de una operación mal preparada y mal ejecutada. No se trata únicamente de un informe militar con el detalle de movimientos de unidades y de posiciones conquistadas o perdidas, sino que es, ante todo, un emotivo estudio de la batalla desde una perspectiva humana. Los protagonistas son los altos mandos que idearon la operación y todos aquellos hombres que se entrenaron, combatieron y murieron en las playas de Dieppe. Los seguimos, tanto a los jefes como a los simples soldados, en sus acciones, en sus decisiones, en sus momentos de flaqueza y, especialmente, en sus actos de heroísmo. Es la guerra <>. Hasta el último detalle de esta oscura operación queda desentrañado en las páginas de este libro y, de este modo, podemos captar la amargura en la que se sumió todo un país, Canadá, tras la masacre sufrida por sus hijos.