La historia de la fotografía aérea es un reflejo de la propia historia de la fotografía. Sin aquellos pioneros que solventaron el problema de cómo captar una imagen mientras sobrevolaban la Tierra en un globo aerostático o un avión, es posible que nunca se hubiera inventado la cámara digital o la hoy en día ubicua cámara que incorporan todos los teléfonos móviles.
Desde el momento en que Nadar sobrevoló París en la década de 1850, los fotógrafos se inspiraron para inventar nuevas formas de captar la belleza de nuestro mundo desde el cielo, y de hecho, sin su esfuerzo, al fabricante Hasselblad nunca le habrían pedido que adaptara su famosa cámara para que pudiera registrar el misterioso paisaje de la Luna un siglo después. Los excelentes objetivos de Hasselblad se utilizan en la actualidad en miles de drones fabricados en China, un desarrollo tecnológico que nos ha permitido fotografiar lugares a los que nunca antes habíamos tenido acceso, algunos de los cuales figuran en este libro.