Chaim Perelman (1912-1984), profesor de la Universidad Libre de Bruselas, fue un pensador muy reconocido en el ambiente filosófico de la posguerra. Su principal objetivo filosófico fue la búsqueda de la racionalidad en el orden de lo práctico, tratando de superar la alternativa entre el dogmatismo y el escepticismo. Su formación en la Escuela de Bruselas, con Eugène Dupreel. y los contactos con la epistemología de Ferdinand Gonseth, así como la lectura de las obras de Aristóteles y Cicerón, llevaron a Perelman a proponer una técnica capaz de dar cuenta de la racionalidad del juicio de valor. Dicha técnica, conocida en la Antigüedad con el nombre de Retórica, adquiere en la obra de Perelman el estatuto de forma de la razón práctica e instrumento de justificación de los juicios morales. El Derecho y, concretamente, el razonamiento judicial, sirvió de fuente de inspiración y de banco de pruebas de la Teoría de la argumentación.

Presenta críticamente la Teoría de la argumentación de Perelman, analizando sus presupuestos filosóficos y las tesis en que se despliega, y tratando especialmente de ofrecer una respuesta sobre si la citada teoría es capaz de cumplir con su objetivo de asegurar un ámbito de discusión racional de los valores. A la vez, se analizan en él las aportaciones que supuso para los estudios jurídicos la concepción propuesta en la Nouvelle Rhetorique.