Hoy más que nunca la corrupción representa un auténtica amenaza para nuestras sociedades. Este hecho responde a una lógica perversa radicalmente opuesta a los principios virtuosos que fundamental los Estados democráticos y que se demandan de la actuación de las autoridades públicas. La globalización, con sus vías transnacionales de evasión, ha reforzado el virus de la corrupción, pero a la vez, en su vertiente mediática, ha aumentado la onda expansiva de los casos que saltan a la luz pública. Cuando esto sucede, los adversarios políticos, los rivales intrapartidarios, la prensa sensacionalista… se precipitan a cazar ventajas para el día siguiente, interfiriendo en la aclaración de los hechos, en la justa y proporcionada fijación de responsabilidades políticas, morales y jurídicas. Con ello, además de expulsa de los foros políticos y periodísticos el debate profundo y constructivo sobre el origen del mal, sus síntomas y su adecuado tratamiento.

La obra responde a un conocimiento práctico y continuado de esta grave realidad, en razón su dilatada experiencia, como fiscal y como miembro de la OLAF, oficina comunitaria de lucha contra el fraude y la corrupción, con sede en Bruselas. A lo anterior se añade una sólida formación intelectual y un sorprendente conocimiento interdisciplinar de los estudios publicados sobre el fenómeno de la corrupción.