El tomo V relata lo que ocurrió en las provincias septentrionales de España después de las derrotas francesas en las batallas Fuentes de Oñoro y La Albuera en mayo de 1811. Napoleón terminó tomando la determinación de cambiar el centro de gravedad de sus operaciones hacia la toma de Valencia.
A pesar de la distancia de esos territorios en relación con los acontecimientos principales, el territorio del Norte jugó un papel importante porque en esa parte de la Península las tropas de ocupación llevaron a cabo una serie de movimientos y relevos encadenados dirigidos a constituir la masa de maniobra que había de atacar la capital levantina.
Los acontecimientos aparentemente secundarios ocurridos en el Norte de la Península retrasaron la toma de Valencia e hicieron que se desguarneciera la frontera de Portugal. El resultado fue que, por un lado, los franceses no pudieron explotar la conquista de Valencia en enero de 1812 porque inmediatamente después la fuerza imperial fue disminuida como consecuencia de las tropas que cruzaron la frontera para dirigirse a Rusia, y, por otra parte, el alejamiento de las tropas hacia el Este propició ese mismo mes la conquista de Ciudad Rodrigo por Wellington. El panorama estratégico en España cambió por completo.