Si la Comedia Antigua está representada por Aristófanes, la Comedia Nueva ática tiene como gran exponente a Menandro (342-c. 292 a.C.). Discípulo del filósofo Teofrasto y compañero de Epicuro, vivió en una época en que Atenas había perdido ya la grandeza política y el esplendor intelectual del periodo clásico. Tal vez se deba a ello la tendencia de la Comedia Nueva de este período a reflejar la vida diaria sin más, a retratar tipos, costumbres y enredos sin mayores ideales políticos, prescindiendo de excesivas fantasías y mitología, en lo que constituyó un nuevo estilo aburguesado y amable. Es un teatro de caracteres, con análisis psicológicos y chistes discretos, con cierto costumbrismo y sutil ironía, que agradó a alejandrinos y latinos.
Menandro escribió un centenar de obras, del que se ha conservado una completa y extensos fragmentos de nueve; del resto, nos han llegado partes escasas. Crea ambientes urbanos contemporáneos y tramas muy bien urdidas, y traza sus personajes con una fina psicología, con tanto acierto en reflejar su esencia que muchos se han convertido en arquetipos (el avaro, el misántropo).