El joven irlandés Charlie Donnelly, mientras estudiaba en la Universidad Católica de Dublín, escribía artículos y poemas y se comprometía en las luchas sociales y políticas de aquellos tiempos agitados por la crisis del capitalismo. Viviendo ya en Londres, recibió la noticia del golpe militar fascista en España y él, como otros miles de jóvenes de todo el mundo sintió pronto la "llamada de España", traducida en la necesidad de ayudar al pueblo español. La barbarie fascista, que había avanzado de forma impetuosa desde la llegada de Hitler al poder en 1933, golpeó con fuerza en España tres años más tarde. La sublevación de los militares, pronto apoyada por Hitler y Mussolini, alertó a un Charlie que, en los artículos políticos que había publicado en los meses anteriores, había seguido con preocupación el avance del fascismo en Europa. Estaba convencido de que su contención en España era la clave de la supervivencia de la democracia en Europa. Charlie Donnelly marchó, con cerca de trescientos compatriotas más, a luchar codo con codo con el pueblo español. Pero, como Tommy Patten, Kit Conway, Eamon McGrotty y tantos otros, no volvió; y terminó dando su vida por la libertad. Este escritor, joven promesa de las letras irlandesas, fue capaz de describir anticipadamente su final en el trágico poema "La tolerancia de los cuervos". Ahora el poeta forma parte de aquel espléndido y numeroso grupo de héroes solidarios que forjaron la leyenda de las Brigadas Internacionales.