¿Por qué el gerente como artista? La imagen más sublime del artista está asociada a la Torre de Marfil. En cambio, la del gerente es la de alguien que sabe delegar y comunicarse. ¿Cómo se relacionan esas dos figuras? ¿Por qué el gerente como artista? ¿Por qué no? Se trata de analogías. Buena parte de la teoría del management se ha construido a partir de analogías. Algunas muy fuertes, como las que ven al líder empresarial como un émulo de un líder militar. Son analogías, instrumentos a los que recurrimos para facilitar el pensamiento y el entendimiento. El problema es cuando las analogías se convierten en imágenes estereotipadas. No todos los grandes artistas vivieron en torres de marfil ni los manager y empresarios suelen ser sólo personas que delegan y comunican o que al menos no lo hacen de una forma exclusiva. Leonardo da Vinci y Bill Gates por decirte un par que me vienen a la mente en este momento. Asimilar la figura del artista con la del gerente es parte de nuestra argumentación contra los conceptos del paradigma racional-funcionalista que hegemoniza la enseñanza, la difusión y la práctica del managment. Una de las patologías de la administración científica consiste precisamente en la anestetización de su campo de estudio. En su mundo no existe la estética como dimensión humana. Si los gerentes de hoy quieren ser competitivos, tienen que construir a partir de la imaginación creativa. La facultad estética no se limita a percibir la belleza o juzgar acerca de la misma, sino que incluye la capacidad de crear. Proponemos la mutación del CEO hacia el CIO, Chief Inspiration Officer. A través del arte, el gerente imaginativo estará en condiciones de entregarse a un juego creativo fructífero, ya que una vez libre de las ataduras deterministas, puede innovar y recrearse.