“Los ojos listos, queridos lectores, para disfrutar unos textos de localización enojosa, publicados en revistas especializadas y en libros de actas de circulación restringida, estudios, reseñas y reflexiones vertebrados por la exaltación de Ágreda en su triple dimensión: Ágreda cristiana, Ágreda hebrea y Ágreda musulmana, tres modos distintos de entender la vida, habitualmente abocados al enfrentamiento, que en la Villa de las Tres Culturas supieron complementarse, imponiendo sobre las catástrofes los valores, a mi entender supremos, de la civilidad, o sea, el respeto a las diferencias, el diálogo y la tolerancia.

Con las armas de la razón y la escritura Carlos de la Casa se erige con este libro en historiador de la verdad admirable que en sí supone Ágreda. Desvela oscuras inscripciones árabes, explica misteriosos pailebotes, recupera el fulgor venerable de las platerías antiguas y glosa con propiedad las resonancias barrocas de Sor María de Jesús, tan influyente en Felipe IV (se le atribuye, con fundamento, el cese del Conde-Duque de Olivares) y autora, entre otras obras estupendas, de Mística ciudad de Dios (Madrid, 1670), biografía de la Virgen que incluye un apasionado alegato en defensa del dogma de la Inmaculada Concepción. Tierra, paisanaje y patrimonio: Ágreda al completo”. Gonzalo Santonja en el prólogo titulado “Historia de una verdad”.

“El libro es un emotivo recorrido o, recorrido emotivo –que tanto monta- por estas tierras, con reconocimiento a las personas que han hecho posible el embellecimiento del Patrimonio Agredeño, no falta ni sobra nadie, están todos cuantos en esta labor han trabajado, “¡quieran los dioses que cada uno desempeñe el oficio que conoce!”, escribió Aristófanes, y es que si los hombres geniales empiezan grandes obras, solo las personas trabajadoras las terminan, y esta máxima de Leonardo da Vinci se cumple en el caso de Ágreda como podemos apreciar en la lectura del Libro. Véanse, pues, sus Capítulos dedicados al Estado Actual del Patrimonio Artístico, Civil y Religioso o, los diferentes estudios científicos acompañados de una rica bibliografía que se citan para deleite de cuantos amamos la cultura sin fronteras localistas a pesar de ser este un libro de claro matiz localista”. Epílogo, de José Antonio Martín de Marco.

Carlos de la Casa ha recogido en esta publicación todo aquello que él, en su ya dilatado camino como arqueólogo, historiador y hombre de vasta cultura, ha publicado en revistas especializadas, solo o en colaboración. Recoge aquello que otros han escrito sobre Ágreda, y añade, al final, un extenso capítulo titulado “Ágreda hoy”.