Este libro reconstruye los nexos entre los partidos democratacristianos italiano y chileno entre 1960 y 1970. Una relación basada en una recíproca estima e intereses convergentes que sufre un quiebre producto de las incomprensiones originadas por la conducta del PDC en ocasión del golpe de Estado de 1973. Inmersa en la discusión acerca sus repercusiones en la política italiana, la DC eligió sacrificar a los amigos chilenos en el altar de la estabilidad gubernamental. El camino de la colaboración se retomó solo a mediados de los ochenta, cuando la Democracia Cristiana chilena lidera la oposición al régimen, y se empieza a vislumbrar una salida a la dictadura. El centro de este análisis es la relación entre ambos partidos, y como ésta se ha podido articular gracias a los vínculos entre sus principales líderes, como Frei Montalva Tomic, Aylwin, Fanfani, Moro y Rumor. El objetivo fue el aprovechar las "afinidades electivas" entre formaciones políticas análogas, para así favorecer, en el contexto del enfrentamiento bipolar y de los acuerdos con otras formaciones democratacristianas europeas, la expansión de sus valores en América Latina y contrarrestar la influencia de la revolución cubana, pero sobre todo, de acrecentar el peso político-diplomático y económico de Italia en la región. Este proyecto sufre un drástico redimensionamiento tras el golpe del 11 de septiembre de 1973.