El delito no es un ente natural sino una construcción social, que además está en consonancia con el orden social y moral de las clases bien estantes, algo especialmente evidente cuando se traduce en términos punitivos. Ahora bien, en tanto construcción social, los delitos y sus penas son discutibles políticamente, replanteables, cambiables. En consecuencia, la ciudadanía debería implicarse más en la definición de qué queremos que sea delito y con qué consecuencias para quien delinque.

En las páginas que siguen el/la lector/a podrá profundizar en el concepto de populismo, adentrarse en la cuestión de la democracia participativa, abordar la desigualdad como violencia, acotar la relación entre derechos humanos y participación, conocer experiencias participativas y disponer de los elementos para el debate que nos propone el doctor Gonzalo Penna. No les voy a contar nada más de este libro sobre Políticas penales y participación ciudadana. Ya lo acota él mismo al inicio.

Pero puedo asegurarles que tienen, a continuación, un trabajo riguroso, y en lugar de atrevido, valiente. Una apuesta, aunque consciente de riesgos y limitaciones, por una ciudadanía activa y participativa. Una apuesta, sin fisuras, por la Democracia, siempre en el marco de un Estado de Derecho. Disfrútenlo.