Pidna: Roma contra Macedonia
(Revista Desperta Ferro. Antigua y Medieval, Nº 91, año 2025)
- ISBN: 101129712
- Editorial: Desperta Ferro Ediciones
- Fecha de la edición: 2025
- Lugar de la edición: Madrid. España
- Encuadernación: Rústica
- Medidas: 28 cm
- Nº Pág.: 65
- Idiomas: Español
La máxima romana 'divide et impera' (divide y vencerás) se manifestó claramente cuando, en el año 171 a.C., la República de Roma declaró la guerra al reino de Macedonia, que era todavía uno de los tres grandes poderes del contexto internacional. Pero el reino griego no había actuado en ningún momento en perjuicio de Roma ni de sus intereses, no había sido hostil ni había dado muestras de agresividad alguna. ¿Qué motivo, por tanto, esta guerra?. Por entonces, la Hélade estaba formada por Estados que, en mayor o menor medida, reconocían la supremacía de Roma, y le eran sumisos. Pero llegó un nuevo rey al trono macedonio, Perseo, que en pocos años se ganó la alabanza de muchos, rehaciendo alianzas y presentándose como el árbitro en los conflictos entre griegos. Macedonia se configuraba así, en una potencia hegemónica a nivel local, y una suerte de defensor de toda Grecia. De modo que, sin oponerse a Roma, le hacía sombra. A medida que aumentaba el prestigio de Perseo, mermaba el de Roma, y esto era algo que el Senado no estaba dispuesto a permitir. En la batalla de Pidna, clímax de la Tercera Guerra Macedónica, legiones y falanges se enfrentarían para decidir cuál de las dos potencias ejercería su hegemonía sobre la Hélade.
La Tercera Guerra Macedónica por Erich S. Gruen (University of California)
La Tercera Guerra Macedónica representa un hito en la historia helenística y romana. Marcó el fin de la gran dinastía macedonia de los antigónidas, que había gobernado la región durante siglo y medio. Además, extendió la autoridad de Roma por toda Grecia. Para el historiador griego Polibio, contemporáneo de estos hechos, representó la culminación del imperialismo romano, que sometió a todo el mundo conocido a su dominio, y también un punto de inflexión en el declive de los principios morales romanos que afectarían el carácter de su nación.
Perseo desde el otro lado por Francisco J Gómez Espelosín (UAH)
La historia de Perseo aparece envuelta dentro de una tradición literaria claramente denigratoria, manifiestamente hostil y tergiversada, que solo contemplaba los hechos desde una perspectiva, y nos impide obtener todas las respuestas.
Luchar sin falanges. El extraordinario caso de la batalla de Calícino por Graham Wrightson (South Dakota State University)
Al comienzo de la Tercera Guerra Macedónica, Perseo movilizó a sus ejércitos para prepararse para la llegada de los romanos. Livio afirma que contaba con 43 000 hombres, de los cuales, según Livio, aproximadamente la mitad correspondían a falangitas armados con sarissas, y doce mil a sus aliados, además de cuatro mil jinetes.
Crueldad, codicia y espanto. El desarrollo de la guerra entre los años 170-169 a. C. por Álvaro Matías Moreno Leoni (Universidad Nacional de Rio Cuarto)
El primer año de la guerra dejó resultados ambiguos para ambos bandos. Los romanos no lograron avanzar sobre Macedonia, mientras que Perseo ocupó partes de Perrebia y Tesalia, y selló una valiosa alianza con los molosos de Épiro, bloqueando al cónsul Mancino el acceso a Tesalia por el paso de Zygo.
Entre la espada y la pica. Contraste entre la legión romana y la falange macedonia por Michael J. Taylor (University of Albany)
El choque entre legiones y falanges ha fascinado a los observadores militares desde los tiempos del historiador Polibio, no solo como batallas entre potencias, sino como enfrentamientos entre dos sistemas militares dispares, cada uno con su propia panoplia, organización y tácticas. La falange macedonia fue la culminación del sistema del Mediterráneo oriental, centrado en una densa masa de piqueros. Por su parte, la legión fue la manifestación más letal del estilo de combate del Mediterráneo occidental, que enfatizaba el combate ágil con guerreros armados con espadas. La superioridad de la legión sobre la falange facilitó la dominación romana del mundo helenístico.
Calcáspidas y leucáspidas. Las huestes macedonias por Nicholas Sekunda (Uniwersytet Gdanski)
Es frecuente ver reconstrucciones de soldados del periodo helenístico portando todo tipo armas: un casco beocio por acá, un arma calcídica por allá, una coraza musculada por acá, una coraza de lino por allá. Por muy estéticamente agradable que sea, da una impresión completamente errónea al lector. Habiendo dedicado gran parte de mi carrera profesional a la panoplia griega de época helenística –declara el autor del artículo–, me entristece comprobar que mi mensaje aún no haya calado en los ilustradores, quienes siguen desinformando al público en general.
La batalla de Pidna. El fin de la casa real macedonia por Antonio Ignacio Molina Marín (UMU)
La batalla de Pidna pasaría a la historia como un ejemplo clásico de cómo una falange podía ser destruida por una fuerza aparentemente inferior. En el eterno debate sobre la superioridad de la legión sobre la falange no deben sacarse conclusiones demasiado determinantes de esta batalla. El terreno pudo jugar un papel importante, pero no en modo alguno decisivo. La falta de coordinación entre los peltastas y los calcáspidas parece haber sido más importante.
Lucio Emilio Paulo. Semblanza de un noble romano por Alejandro Díaz Fernández (UMA)
A pesar de no ser tan conocido como otros destacados personajes de la República romana, Lucio Emilio Paulo, vencedor de la batalla de Pidna, es sin duda uno de los nombres más sobresalientes de dicho periodo. Nacido en el seno de la gens patricia de los Emilios, hijo y nieto de cónsul, y padre de cónsules, Emilio Paulo ocupa por derecho propio un sitio de privilegio en la historia de Roma.
Vencidos, pero no convencidos. La rebelión de Andrisco por Antonio Ignacio Molina Marín (UMU)
Parece ser una ley en la historia que imperios y sociedades alcancen su momento de mayor esplendor en su declive. Es lo que comúnmente suele llamarse como el canto del cisne. En su momento final una cultura encuentra la fuerza para definirse con su último suspiro. Así que se lanzaron a su última batalla como hombres libres, pese a saber que iban a una muerte segura, con la certeza de que lo harían siguiendo las costumbres ancestrales de sus padres. Cualquier error u horror cometido en el pasado por Macedonia quedó lavado en el valor de estos individuos anónimos.
Directores Alberto Pérez Rubio, Carlos de la Rocha, Javier Gómez Valero.