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La última puesta de sol de Flandes

La última puesta de sol de Flandes

  • ISBN: 9788415074601
  • Editorial: De Librum Tremens Editores
  • Lugar de la edición: Madrid. España
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 24 cm
  • Nº Pág.: 661
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
22,50 €
Sin Stock. Disponible en 7/10 días.

Resumen

El conde Lamoral Egmont, artífice al frente de la caballería hispánica de las importantes victorias de San Quintín y Gravelinas, llega a Madrid acompañado por su ahijado, Marnix van de Reyd. Ha sido enviado por la gobernadora de Flandes, Margarita de Parma, para que trate de convencer a su hermano el Rey Felipe II de que no haga efectivos los acuerdos del Concilio de Trento en aquellas tierras, ni instale en ellas la temida y Temible Inquisición.

Felipe II va dando largas a la contestación que ha de dar al noble flamenco llegado a Madrid. Mientras, su ahijado se divierte en ese otro Madrid, nocturno y pecaminoso, acompañando a un grupo de jóvenes, encabezados por Antonio Pérez, hijo del Secretario del Rey don Gonzalo Pérez, y del que forman parte el príncipe don Carlos, don Juan de Austria y otros nobles. El flamenco Marnix van de Reyd enamora a la dama -y pariente de la Princesa de Éboli- doña Elvira de Mendoza, de la que también está enamorado otro pariente suyo, el poeta y guerrero don Bernardino de Mendoza. A su marcha, el joven flamenco deja empeñada su palabra de matrimonio a la dama castellana.

Entre tanto, en los Países Bajos salta la chispa y varias Iglesias, incluida la rica catedral de Amberes, son pasto de la llamas y de la profanación. Felipe II, en una carta al Papa manifiesta: que "Prefiero perder todos mis reinos a gobernar sobre herejes". Y para castigar a los culpables, a esa nobleza flamenca que pudiendo haber evitado semejante desatino, envía a los Viejos Tercios de Italia, a cuyo mando pone al mejor general de Europa, don Fernando Álvarez de Toledo, III Duque de Alba, dando comienzo así una guerra que durará ochenta años...

En el seno de ese ejército, ayudada por su tímido enamorado don Bernardino de Mendoza, integrante del estado mayor del duque, marcha también doña Elvira de Mendoza dispuesta a exigir a su enamorado el cumplimiento de su palabra.

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