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La conquista inglesa de Menorca

La conquista inglesa de Menorca
una capítulo de la Guerra de Sucesión a la Corona de España

  • ISBN: 9788496019706
  • Editorial: El Tall Editorial
  • Lugar de la edición: Palma de Mallorca. España
  • Colección: El Tall del temps Maior
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 24 cm
  • Nº Pág.: 213
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
24,00 €
Sin Stock. Disponible en 7/10 días.

Resumen

La Guerra de Sucesión a la Corona de España tuvo muchas consecuencias. Uno de los resultados de esta guerra fue que Menorca pasó de posesión hispánica a posesión británica. El archipiélago balear, unido bajo una misma soberanía desde hacía más de 400 años, quedó desmembrado. Los ingleses conquistaron Menorca en 1708, téóricamente para uno de los candidatos a la Corona de España, para el archiduque Carlos de Austria, en el marco del conflicto sucesorio. Pero Inglaterra consideró inmediatamente Menorca como un botín de guerra. Creyó que, si había defendido con armas, hombres y dinero, la candidatura de Carlos III al trono de España, bien merecía una recompensa y, como tal, decidió quedarse con Menorca. Y todo eso al margen de los austracistas menorquines. Éstos se habían levantado en 1706 a favor de Carlos III pero fracasaron. Una conspiración posterior a favor del candidato austracista fracaso de nuevo y fue además reprimida con excepcional dureza mediante decenas de ejecuciones, condenas a galeras, destierros, destituciones de cargos y confiscaciones de bienes. Los menorquines fueron los primeros súbditos de la Corona de Aragón en ver suspendidos sus privilegios, aunque la coyuntura posterior les permitió recobrarlos. El archipiélago balear a partir de 1707 quedó fraccionado. Dos de sus islas, Ibiza y Mallorca, proclamaron en 1706 soberano a Carlos III, mientras que Menorca se mantuvo bajo la órbita borbónica gracias a una intervención francesa. Fue en septiembre de 1708, cuando las fuerzas aliadas consiguieron batir la resistencia borbónica. Pero la mayor parte de sus efectivos militares eran ingleses, los cuales desde el principio fueron reticentes a entregar el control del Puerto de Mahón a la Corte de Carlos de Austria.

Una parte de los menorquines creyó que había luchado para transferirse de la soberanía de felipe V a la de Carlos III, a quien acalmaron de nuevo como rey. Hubo unos años de incertidumbre, en los que se mantuvo una dualidad gubernativa. Desde Barcelona, la Corte austracista nombraba un gobernador de la isla con sede en Ciudadela, mientras los ingleses controlaban el castillo de San Felipe y el puerto e incluso la Villa de Mahón. Mientras tanto, los ingleses jugaron sus cartas en el ámbito de la negociación diplomática internacional. En 1709 comunicaron al archiduque Carlos que la defensa a su candidatura al trono de España bien merecía la cesión de Menorca a Inglaterra. Carlos, partidario de la indivisibilidad del patrimonio territorial hispánico, se negó a cualquier cesión. Finalmente, los ingleses negociaron con la Francia de Luis XIV el reconocimiento de Felipe V como rey de España, a cambio de una serie de concesiones, entre las cuales se incluía la cesión de la soberanía de Menorca. Y de esta manera, en noviembre de 1712 los ingleses ya se enseñorearon de la isla, lo que fue después ratificado por el Tratado de Utrecht en julio de 1713. De todas formas, hemos de considerar que lo que se hizo en Utrecht no fue más que confirmar una situación de hecho. Sin la conquista militar de 1708 no habría habido una negociación tal como la hubo. Lo que hizo la diplomacia fue consolidar lo que antes habían decidido las armas.

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