Tras su derrota en la Primera Guerra Mundial, el Reichswehr inició una serie de reformas conducentes a restituir su capacidad militar pese a las limitaciones y restricciones impuestas. Se potenciaron las capacidades bélicas de una manera ingeniosa y a través de una serie de reformas innovadoras.

En este periodo serían implementadas nuevas medidas en política de reclutamiento y personal, formación, instrucción, adiestramiento y también en la doctrina. También se innovaría en el campo de las comunicaciones y otras tecnologías. Igualmente se potenciaría el tradicional estilo prusiano de mando flexible, un mayor desarrollo de la integración de los diferentes sistemas de armas y una doctrina predominantemente ofensiva.

El desarrollo tecnológico combinado con la flexibilidad en el empleo, la integración efectiva de diferentes capacidades de combate y la capacidad de innovación, constituirían las bases sobre las cuales se edificarían los éxitos de las primeras fases de la Segunda Guerra Mundial por parte del Ejército alemán.