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El mito de la desterritorialización

El mito de la desterritorialización
del "fin de los territorios" a la multiterritorialidad

  • ISBN: 9786070303081
  • Editorial: Siglo XXI Editora Iberoamericana
  • Lugar de la edición: México D.F.. México
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 21 cm
  • Nº Pág.: 328
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
20,85 €
LIBRO IBEROAMERICANO. Sin Stock. Envío en 7/8 semanas.

Resumen

El mito de la desterritorialización es el mito de los que imaginan que el hombre puede vivir sin territorio, que la sociedad puede existir sin territorialidad, como si el movimiento de destrucción de territorios no fuese siempre, de algún modo, su reconstrucción sobre nuevas bases. El territorio, visto por muchos desde una perspectiva política o incluso cultural, es enfocado aquí desde una perspectiva geográfica, intrínsecamente integradora, que concibe la territorialización como el proceso de dominio (político-económico) o de apropiación (simbólico-cultural) del espacio por los grupos humanos, en un complejo y variado ejercicio de poder(es). Cada uno de nosotros necesita, como “recurso” básico, territorializarse. No en los moldes de un “espacio vital” darwinista-ratzeliano, que impone el suelo como un determinante de la vida humana, sino en un sentido más múltiple y relacional, inserto en la diversidad y en la dinámica temporal del mundo.
Estamos llenos de dicotomías, y el discurso de la desterritorialización está repleto de ellas: materialidad e inmaterialidad, espacialidad y temporalidad, naturaleza y cultura, espacio y sociedad, global y local, movimiento y estabilidad. Expresiones clásicas, como la de la “aniquilación del espacio por el tiempo”, fueron las responsables de gran parte del “preconcepto espacio-territorial” que hizo que los territorios se vieran cada vez más teñidos de una carga negativa, pasando a ser percibidos como obstáculos para el “progreso” y la movilidad, al punto de (teóricamente, al menos) hallarse sumergidos en el mar de la fluidez, que todo lo disuelve y lo disgrega. ¿Pero qué sería del hombre si sucumbiera a ese océano de indiferenciación y movilidad? De ninguna manera se trata de las nostalgias de una Gemeinschaft, de una vida comunitaria cerrada y autárquica, que en cierta forma sólo existió en la simplificación de algunos científicos sociales.
El gran dilema de este comienzo de milenio, creemos, no es el fenómeno de la desterritorialización, como sugieren algunos autores, sino el de la multiterritorialización, la exacerbación de la posibilidad – que siempre existió, pero nunca en los niveles contemporáneos – de tener la vivencia de diferentes territorios al mismo tiempo, reconstruyendo constantemente el nuestro. Sabiendo, para empezar, que “multiterritorializarse”, para la mayoría, en cierto sentido, no es más que una mera virtualidad.
La humillante exclusión, o las inclusiones extremadamente precarias a las que las relaciones capitalistas relegaron a la mayor parte de la humanidad, hacen que muchas personas, en vezde compartir múltiples territorios, vaguen en busca de uno, el más elemental territorio de la supervivencia cotidiana. de esta forma, los territorios múltiples que nos rodean incluyen esos ámbitos precarios que albergan a los sin techo, a los sin tierra y a tantos grupos minoritarios que parecen no tener lugar en un desorden de “aglomerados humanos” que, entre tantas redes, estigmatiza y separa cada vez más. Así, el sueño de la multiterritorialidad generalizada, de los “territorios-red" que conectan a la humanidad entera, parte, ante todo, de la territorialidad mínima, la protección y el bienestar, condición indispensable para estimular a la vez la individualidad y promover la convivencia solidaria de las multiplicidades, de todos y de cada uno de nosotros.

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