A pesar del apoyo inicial de la Diputación Foral de Navarra, de las corporaciones provinciales de Logroño y Soria, de instituciones públicas fancesas, y de determinados sectores sociales del Viejo Reino, los intentos por construir un ferrocarril que uniese Madrid con París a través de Navarra, entre los años 1876 y 1885, fracasaron por varios motivos.