El comercio electrónico ha supuesto una total revolución en lo que a las transacciones comerciales se refiere. Las cifras de facturación que se manejan a día de hoy son astronómicas y el número de operaciones de comercio en el entorno digital es, cada vez, más elevado.

En este contexto, el mercado español se ha visto cada vez más involucrado y las estadísticas así lo amparan: aproximadamente el 20% del total de las compras realizadas a nivel nacional fueron online y el volumen de negocio generado sólo esta vía, se acerca a los 40 mil millones de euros, de acuerdo con el estudio llevado al efecto por el BBVA con las cifras del año 2018.

Los sectores como el del ocio, la logística, publicidad y marketing o el turismo han contribuido de manera decisiva al desarrollo de esta vía de negocio. Al mismo tiempo que la diversificación de las plataformas para pedidos, pagos y entrega de mercancías que han ido evolucionando hacia algo más que una simple forma de intercambio comercial en canales digitales; el comercio electrónico se ha convertido en la piedra angular de la economía nacional y en una nueva forma de vida para las empresas. Por estas razones, el uso adecuado de la Red se ha convertido en una necesidad básica para las empresas, con independencia de su tamaño. Con la entrada en vigor de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información en el año 2002, así como de otras normas complementarias reguladoras de la actividad del comercio electrónico (p. ej., normas sobre de Protección de Datos de Carácter Personal y del mercado digital en Europa), las empresas han de hacer frente al reto que se les pone por delante, esto es, cumplir por un lado, con las exigencias legales y, por otro, con las necesidades técnicas que les van a permitir operar en Internet. El presente trabajo recoge un itinerario de trabajo -sencillo, rápido y fácil- con la finalidad de que empresas españolas puedan identificar y ejecutar las acciones necesarias para desarrollar cada una de las etapas de la puesta en marcha de un “negocio virtual”, esto es: crear y/o adaptar el establecimiento electrónico a sus necesidades comercio. Con este objetivo, se analizan los aspectos prácticos de cada una de las fases asociadas a este proceso, con la finalidad de dotarlo de una adecuada seguridad jurídica.