Durante los últimos 25 años, el stock de capital mundial se ha más que duplicado y el de algunos países emergentes se ha multiplicado por un factor igual o superior a cinco. El estudio detalla a nivel internacional qué regiones y países poseen mayor capacidad de atraer inversiones, cómo influye la trayectoria y composición de la inversión y cuáles son sus efectos a corto y a largo plazo. Asia Oriental es la gran protagonista de la acumulación de capital de la economía mundial en las últimas décadas, atrayendo en la actualidad más de un tercio de la inversión mundial y relegando a un segundo plano a los países más desarrollados. Entre las economías desarrolladas de mayor tamaño, solo en España la intensidad del esfuerzo inversor es comparable a la de los países asiáticos. Sin embargo, este mayor esfuerzo inversor no ha ido acompañado, como en el caso de los países asiáticos, de ganancias de competitividad que permitan sostener la demanda de sus productos y mantener un elevado nivel de utilización y aprovechamiento de su capacidad productiva. La composición por activos de la inversión tiene efectos sobre la productividad del capital, el crecimiento y la competitividad de las economías. Los resultados del estudio muestran que la estructura de la inversión es cambiante a lo largo del tiempo y distinta entre países.Todas las economías se caracterizan por un elevado peso de los activos relacionados con la construcción en el stock de capital.
Aun así, existen muchas diferencias entre países. Por el elevado peso de la vivienda sobresalen los grandes países europeos, incluida España, y EE.UU., casi todos ellos afectados por booms inmobiliarios recientes.A pesar de la importancia de los activos inmobiliarios, la maquinaria y el equipo, y especialmente las TIC han crecido mucho. Estos activos, caracterizados por su mayor capacidad de generar servicios productivos, han sido los más dinámicos en el periodo estudiado, creciendo a tasas anuales que han alcanzado los dos dígitos.