Este libro es parte de la conversación interminable con personas y colectivos de diferentes lugares, una conversación que abre, permitiendo entrelazar emociones, saberes, formas de hacer, para compartir cómo vamos trabajando la autogestión cotidiana de la vida. No lleva un orden jerárquico de participaciones, ni objetivos a priori, no tiene la presión del consenso, se estimula del disenso yendo de un lado para el otro, cada quien da y recibe lo que le parece y puede entrar y salir sin horario, permite hablar de lo que nos provocan la multiplicidad de voces intrincadas unas con otras, hacia lugares que no pensábamos llegar.

Para la construcción colectiva no hay que separar el trabajo, el estudio, la casa, el barrio, se van entrelazando con los hilos y latidos de lo cotidiano, se dan intercambios horizontales de saberes, cuidando que no se impongan unos saberes (científicos) sobre de otros (populares), sin metodología a priori (¿ideología?), sin que estos saberes sean propiedad individual/exclusiva para aprendernos y enseñarnos. ¿Cómo? A partir de lo que nos junta, lo que bien hemos aprendido y a todo lo que resistimos, de lo común que nos quieren arrebatar (vender, suplantar y acabar): se trata de poner en el centro a las personas no las estructuras, y transformar las relaciones no a las personas, ¿cómo nos curamos a través de la conversación y la convivencia?, ¿cómo vivimos a los demás? ¿cómo nos sentimos en el trabajo? ¿deveras sentimos a los otros? ¿sabemos lo que viven y piensan?.