A finales de agosto de 1944, tras la ruptura del frente de Normandía y los desembarcos en el Mediterráneo, la práctica totalidad de Francia ha sido liberada por las tropas aliadas. Los alemanes se retiran precipitadamente, excepto de la costa. Todos los puertos importantes han sido fortificados, según deseo y estrategia diseñada por el mismísimo Führer.

Los aliados dependen de suministros que siguen siendo transportados desde las playas de Normandía. Cherburgo es el único puerto capturado y en servicio, pero está muy lejos del frente. Muchas unidades no consideradas esenciales han perdido sus medios de transporte para mantener el esfuerzo logístico.

En septiembre tres divisiones están, en teoría, 'reforzando su entrenamiento en Normandía', sin incorporarse al frente. En realidad lo que sucede es que no hay abastecimientos para todos.

La captura del puerto de Amberes, con ayuda de la resistencia belga, se convierte en un objetivo primordial, pero para ello era también necesario el control del estuario del río Escalda. Las fuerzas alemanas, fortificadas en la zona, estaban preparadas para poner al británico Montgomery en serios apuros, librando una larga y dura batalla, mientras desde el cielo los misiles V-2 sembraban el terror en Bélgica.