Todas las personas querrían cambiar el mundo y todos quieren que sea mejor y más justo, lo cual coincide con lo que Kant consideraba lo más importante para el género humano: una comunidad viviendo en paz con unas leyes justas. Sin embargo la unanimidad desaparece respecto a los objetivos concretos a conseguir y a cómo llevarlo a cabo. Los más ignorantes recurren a la violencia y consiguen empeorar el mundo aún más. Por otro lado, hoy ya sabemos que la simple inacción a nivel global puede llevar a la humanidad a su desaparición por una sobreexplotación desbocada de recursos naturales finitos. En este libro se plantean objetivos y un modo concreto de llevarlos a cabo mediante la transformación de la ONU en un organismo soberano y efectivo. Con ello se consigue un mundo más justo conjugando legalidad y legitimidad con los avances doctrinales del principio democrático. Y no puede hacerse sin la participación de las personas mediante la acción comunicativa porque, ya lo decía Julián Marías, darse cuenta es la forma más urgente de saber.