El códice K-III-4 de la Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial, datado a fines del siglo XIV, reúne tres poemas narrativos del temprano siglo XIII (Libro de Apolonio, Vida de Santa María Egipciaca, Libro de los tres reyes de Oriente) cuyas diferencias formales se unifican en el contexto manuscrito de su compilación considerada primariamente como lectura. En el cruce de la historia del manuscrito medieval unitario como libro, en sus características materiales, y de las prácticas de lectura como eje fundamental del proceso de transmisión de los textos en la Edad Media, este volumen aborda la edición y el estudio del códice como una unidad.

Particularmente en los estudios medievales, el análisis de manuscritos se ha vuelto una de las áreas más activas de la investigación actual. Los códices ya no son tratados como testigos inertes de una cultura cuyo carácter ya ha sido completamente desvelado por los estudiosos, sino como participantes activos en un proceso de constante exploración y descubrimiento. Reivindicar la materialidad de algo que durante mucho tiempo se pensó inmaterial, como la literatura, supone dejar de lado una concepción platónica según la cual una obra trasciende todas sus posibles encarnaciones materiales para privilegiar una visión pragmática que postula que ningún texto existe fuera del vehículo material que lo transmite.