Las estadísticas oficiales que se refieren al número de inmigrantes que, legal o ilegalmente, cruzan las fronteras españolas cada año, hablan de flujos de inmigrantes, olvidando el drama humano que se esconde tras la decisión de abandonar el hogar y dirigirse a un destino incierto y un país desconocido. ¿Qué les ocurrirá a estos grupos de inmigrantes?

G. Sabagh, profesor de la Universidad de California, ha señalado en referencia a la inmigración americana que “hay dos posibles respuestas: una es la asimilación y la otra es el pluriculturalismo o la conservación de la etnicidad. Estos dos procesos pueden no ser mutuamente excluyentes y pueden variar de una persona a otra. Lo que parece haber cambiado es la reacción frente a la conservación de la etnicidad. En el siglo XIX la reacción era de resistencia y hostilidad. Actualmente, aunque todavía existen grupos contrarios a las etnias vigentes, no son tan escandalosamente influyentes como en el siglo pasado y principios del XX. En este sentido hay una creciente aceptación del pluriculturalismo.

La ley orgánica sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social debe enjuiciarse desde esta perspectiva: ¿Exige de los inmigrantes su asimilación social o, por el contrario, favoreciendo su integración, permite que conserven su etnicidad?