El estudio del linaje nobiliario de los Velasco y su patrimonio en los siglos XIV y XV es el tema central de este trabajo. Este linaje será uno de los más representativos de la nobleza nueva que accede al poder merced a la entronización de la dinastía Trastámara en el reino de Castilla tras la muerte de Pedro I el Cruel en 1369. En sólo tres generaciones, los titulares del señorío lograron crear un vasto patrimonio señorial -villas, lugares, tierras, vasallos, etc.- que, teniendo su núcleo principal en tierras de Burgos, también se extendió por otras comarcas tales como La Rioja, Tierra de Campos, Cantabria y Vizcaya.
Este libro gira en torno a tres grandes personajes: Pedro Fernández de Velasco, Juan de Velasco y el primer Conde de Haro. El protagonismo político de cada uno de ellos en la difícil historia del reino de Castilla de estos años, los oficios y dignidades que ocuparon tanto en la administración del reino -merinos mayores- como en la Corte -camareros mayores-, así como las villas y lugares que merced a todo ello fueron acumulando mediante donaciones reales y compras, constituyen el grueso de este libro. Entre las villas principales de este señorío debemos mencionar Medina de Pomar, Briviesca, Salas de los Infantes, Arnedo, Herrera de Pisuerga, Villadiego, Belorado, Haro, Cerezo de Río Tirón, Villalpando, Cuenca de Campos o la propia ciudad de Frías. La importancia política y socioeconómica de esta Casa nobiliaria se vería coronada a lo largo del siglo XV con los títulos de Condes de Haro y Duques de Frías. Buena muestra de la pujanza económica y social que alcanzó este linaje es la soberbia capilla de los Condestables de la Catedral de Burgos.