El aprendizaje experiencia) y significativo es el que se queda marcado como un sello en la persona. Y cuando esas vivencias son positivas despiertan el deseo de comunicarlas a los demás. Esto es lo que da lugar a la presente publicación. Me formé durante dos años (1971-73) en la Universidad Laboral de Cheste, en los cuáles conviví con otros 5.000 alumnos de toda la geografía española, en régimen de internado y con unas edades "difíciles" (De entre 11 y 13 años). Dos años que me hicieron desarrollar mi socialización, los vínculos de amistad, la autoestima, la empatía, la autodisciplina y la res-ponsabilidad individual, y, por supuesto la capacidad para resolver los numerosos conflictos que surgían entre nosotros. Dos años que, a nivel académico, supusieron una ruptura total con la forma tradicional de aprender que había tenido hasta ese momento, y que supuso una innovación total en cuanto a las metodologías que desarrollan el binomio enseñanza-aprendizaje. Creo firmemente que existieron en este Centro Docente aspectos que necesitan ser cono-cidos por la sociedad actual, y más concretamente por los que nos dedicamos al mundo de la enseñanza y de la educación. Tanto a nivel convivencia), como las técnicas pedagógicas, didácticas y metodológicas que se llevaron a cabo por parte de sus profesores y educadores, las cuales supusieron un antes y un después en la innovación educativa en nuestro país.