¿Por qué los Comuneros de Castilla, que meses antes tenían contra las cuerdas al ejército del emperador Carlos V, fueron derrotados en Villalar? ¿Por qué, en vez de dar el golpe definitivo tomando Medina de Rioseco, decidieron marchar hacia Villalpando? ¿Cuál fue la razón por la que abandonaron Villabrágima y dejaron que las tropas del Emperador tomasen Tordesillas?.

Luis Torrecilla nos pone en la piel de sus protagonistas y nos sumerge en toda una red de espionaje, hábilmente manejada por el regente Adriano de Utrecht (el futuro Papa Adriano VI) que cambió el curso de la historia de España. De aquel oscuro entramado de informadores, delatores y espías, brillaría con luz propia una mujer cuya biografía puede rastrearse en los archivos inquisitoriales: la beata Francisca Hernández. La “beata de Valladolid”, como fue conocida en su tiempo fue, además de una mujer de enorme atractivo, confidente y consejera de algunos de los hombres más destacados de su tiempo, y una de las figuras clave en los acontecimientos que tuvieron lugar durante la guerra de las Comunidades de Castilla.