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Felipe IV y Mallorca

Felipe IV y Mallorca
los servidores del rey

  • ISBN: 9788496019720
  • Editorial: El Tall Editorial
  • Lugar de la edición: Palma de Mallorca. España
  • Colección: El Tall del temps Maior
  • Encuadernación: Rústica
  • Medidas: 24 cm
  • Nº Pág.: 285
  • Idiomas: Español

Papel: Rústica
25,00 €
Sin Stock. Disponible en 7/10 días.

Resumen

El reinado de Felipe IV ha sido uno de los más belicosos de toda la historia de la monarquía española. Cuando subió al trono hacia poco que había comenzado la guerra de los Treinta Años, en la que la España de los Austrias se vio involucrada en múltiples escenarios. En 1635 estalló una guerra con Francia que duró 24 años. En 1640 se produjeron una serie de levantamientos en territorios de la monarquía hispánica, como Cataluña y Portugal, que llevaron la guerra al interior de la península. A partir de 1655 Inglaterra declaró la guerra a España. Tanto conflicto consumió una cantidad ingente de recursos y exigió de los distintos reinos de la monarquía un esfuerzo considerable en contribuciones de hombres, dinero y provisiones.

Los servidores del rey en el reino de Mallorca recibieron constantes peticiones de levas y suministros, que provocaron una acentuada disminución de la población masculina adulta y de los recursos disponibles para satisfacer las necesidades de consumo. Las exigencias de la monarquía no se limitaron a levas y provisiones. También exigieron dinero y embarcaciones, que no pudieron ser usadas para el tráfico mercantil. La larga guerra con Francia desestructuró las relaciones comerciales entre las islas y el litoral mediterráneo francés. La secesión de Cataluña de la monarquía también supuso un corte del comercio con aquella zona. Además las islas tuvieron que soportar alojamientos de miles de soldados. Algunos de ellos desertaron y se quedaron en Mallorca. Muchos mallorquines intentaron salir de su crítica situación por medio de la práctica del corsarismo contra los enemigos de la monarquía: además de contra los musulmanes, contra Francia y contra la Cataluña alzada contra Felipe IV. Algunos caballeros que prestaron servicios militares a la monarquía fueron recompensados con títulos nobiliarios, hábitos de Órdenes Militares, jurisdicciones rentas y diversas mercedes.

El reino de Mallorca como los restantes de la Corona de Aragón, mantuvo su fidelidad a Felipe IV en la difícil coyuntura de 1640, a pesar de las llamadas de adhesión hechas por Pau Claris y sus seguidores. Algunos catalanes que mantuvieron su fidelidad a Felipe IV se refugiaron en las islas y algunos fueron recompensados con cargos en el reino mallorquín: virrey de Mallorca, gobernador de Menorca o Ibiza, y alguna plaza en la Audiencia o una asesoría en Menorca. Embarcaciones mallorquinas participaron en el asedio final que concluyó en 1652 con la capitulación de Barcelona.

Otro de los problemas a los que tuvieron que hacer frente los representantes del rey en el reino fue el de la represión del bandolerismo. Un virrey de Mallorca falleció al caer de lo alto de la muralla de la Ciutat en una persecución de bandoleros. Un gobernador de Menorca murió asesinado por los bandoleros. La extracción de levas militares tuvo una doble finalidad: satisfacer las solicitudes de la monarquía y conseguir la pacificación interior de las islas, sacando de ellas a bandoleros, delincuentes y facinerosos.

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