¿Se puede educar la resistencia moral ante la violencia de Estado? ¿Es posible evitar la indiferencia, ese lastre de la historia del que hablaba Gramsci, que suele acabar en colaboracionismo? ¿Nace la indiferencia política y moral con la Modernidad? La propuesta del autor de este libro es que la filosofía tiene el deber de educar en la resistencia como modo de preservar la dignidad humana y el envite de las diversas formas de violencia política.

Y no le falta razón. Vivimos tiempos de incertidumbre política y de fragilidad ética que han auspiciado, entre otros, la irrupción de partidos y movimientos políticos neototalitarios. Precisamente por ello es más urgente que nunca una educación para la ciudadanía crítica, cuyo eje puede enuclearse en torno a la resistencia moral y política. En particular, el autor se centra en el estudio de algunos resistentes en la Alemania nazi, que le sirven de referente para esta difícil tarea filosófico-educativa que nos propone.